Esto ha provocado que gran diversidad compatriotas den soltura a sus deseos de ocupar cargos de elección popular, y ahora en sus camerinos hacen ejercicios de afinación de voz, prácticas de poses y maquillan sus rostros para mostrar mejor cara y disputarse algún papel en el escenario de las mega elecciones, incluyendo a muchos que hasta hace pocos días negaban cualquier posibilidad de participar o medirse en procesos de carácter constitucional y democrático.
Ante ese panorama, el pueblo que sufre y padece a diario las carencias y demás dificultades ocasionadas intencionalmente a través del bloqueo, ese mismo pueblo que sospecha que sin ingresos financieros no es posible cumplir los ofrecimientos y soluciones mágicas que regularmente hacen los candidatos, no obstante a ello, el pueblo da la bienvenidas a todos esos actores y actrices, sean profesionales, aficionados, improvisados, o espontáneos, que integrarán el gran reparto del reiterativo espectáculo electoral.
Son varias las tareas, estrategias y preparativos que necesariamente debe realizar el o la aspirante, entre ellas, ejemplo: planificar la campaña en general y la parte autorizada por el CNE; ¿de dónde saldrán los recursos financieros para cubrir toda esa campaña?; armar una estructura o un “ventetú” acorde con las aspiraciones; inventarse una propuesta de gestión que persuada a electores y electoras.
De igual forma, y de acuerdo con su talento particular, son varios los renglones a través del cual la candidata o el candidato podrá emplearse a fondo para probar su histrionismo y “marear” y/o convencer para ganar votos, entre estos, los más populares son: “Especialista en Temas Ideológicos”; “Experto (a) en Resolución de Conflictos o Problemática Cotidiana”; “Charlero (a) Argumentativo de Soluciones”; “Charlero (a) Descalificador del Contrario”; “Concejal (a) con Complejo de Alcalde (sa)”: “Besador (a) de Ancianitas y Tira Besitos”; y otros más.
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