Ya es bastante evidente que
la derecha latinoamericana no cree en elecciones, son fascistas con disfraz de
demócratas que se valen de los procesos electorales para legitimar sus planes
entreguistas al Fondo Monetario Internacional (FMI) y al Banco Mundial si los
resultados les favorecen; y para cantar fraude, descalificar, desconocer y deslegitimar
al contrario si el voto popular lo da como ganador.
Estamos viendo como en
Bolivia se está desarrollando en tiempo real el mismo formato golpista empleado
en Venezuela, país donde ahora hay una especie de bufón de circo auto
juramentado “presidente” con el apoyo y reconocimiento de Donald Trump y un
conjunto de gobiernos acólitos, ese es el escenario que se está dibujando en
Bolivia en virtud de los recientes resultados electorales que dieron al
candidato Evo Morales la potestad de ejercer un cuarto período en la
presidencia de esa nación.
En ese plan y contexto, el
patético presidente de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis
Almagro, saltó a la escena mediática para usar su gran boca en dar
declaraciones a los medios internacionales de desinformación con intención de enturbiar
los escrutinios electorales sembrando dudas sobre los mismos y con ello dando
razones para envalentonar (embochinchar) al factor político que perdió en esas
urnas la oportunidad de gobernar en el próximo período.
La oposición boliviana sabe que
con las condiciones y niveles de participación que hoy día tienen los sectores
o clases sociales excluidas en el pasado, no es fácil para ellos ganar
elecciones; por eso, con apoyo de ONG que tienen los Estados Unidos para inmiscuirse
e intervenir en la política de otras naciones, seguramente veremos a la
oposición boliviana embarcándose en una aventura golpista al más puro estilo
del “Payasito Guaidó”.
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