La Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela -en su capítulo IV- hace referencia a los
derechos políticos intrínseco a la ciudadanos de la patria; el artículo 62 de
la misma establece que todos los ciudadanos y ciudadanas tienen el derecho a
participar en los asuntos públicos directamente o por medio de representantes
elegidos o elegidas; en ese contexto, el venidero domingo 09/11/2018 nuevamente
las venezolanas y los venezolanos en edad de votar podrán hacer valer ese
derecho y elegir a los miembros de los Concejos Municipales de los 335
municipios del país, poder legislativo que más cercanía tiene con las
soluciones a la problemática que pudiere afectar a las y los habitantes en cada
una de esas localidades. Lo antes expuesto, me obliga a recomendar a todos los
compatriotas de la patria a ejercer con orgullo ese deber patriota que nos hace
protagonistas en un asunto relacionado con el poder político de la nación.
Nuevamente, como en
las más de veinte elecciones que han antecedido a esta, dos visiones de país se
ofertarán en el tarjetón electoral: quienes significan la coherencia con
defendernos de las apetencias de corporaciones imperiales y quienes representan
esa idea apátrida de ser simplemente un mercado cautivo y sumiso para esas
corporaciones. Por supuesto, los que sentimos a la patria hasta en las viseras
-como diría Augusto Mijares- este domingo no dudaremos ni un segundo en brindar
nuestro voto a los candidatos de Chávez y Maduro.
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