Por Héctor Barrios
La necesidad de usar
diariamente los servicios del transporte que cubre la ruta Cocorote- San Felipe
y viceversa, obliga a los usuarios a soportar las insolencias de “Colectores”
que, luego de ocupado todos los asientos, sobrecargan la unidad con pasajeros de
pie e intentando acomodarlos como si se tratara de un cargamento de plátanos.
“Caminen para atrás por
favor; júntense bien pegadito; distribúyanse uno al lado del otro; ocupen bien
todos los espacios; apriétense un poquito más; colaboren con los que van
guindando en la puerta; acomódense mejor para que los demás también se suban”
son algunas de las frases que caracterizan a los Cobradores de Pasajes (mal
llamado colectores) transformados ahora en Acomodadores de Carga Humana.
Pero eso no es todo, una vez
que la unidad de transporte está bien repleta, cuando no queda ni el más mínimo
espacio entre uno y otro usuario, entonces el “Colector” procede a estrujarse
entre los apretujados pasajeros tratando de recorrer el pasillo para cobrar a
cada quien el costo del pasaje.
Por si eso fuera poco,
cuando alguno llega a destino y pretende bajar de la unidad, el proceso se
convierte en un trauma al tratar de abrir una salida entre el apretado tumulto,
eso sin contar los malabarismos obligados a realizar ante las arrancadas o
frenadas que muy eventualmente hace el conductor en su competencia con otras
unidades en disputa de otros pasajeros durante el recorrido de la ruta.
Otro detalle característico
de dicho servicio, es la costumbre de llevar “guindando” de una mano y con un
solo pie en el estribo a por lo menos tres pasajeros en cada puerta del bus o
la buseta; habría que preguntarse ¿quién es más irresponsable: el colector, el
pasajero o las autoridades de Tránsito?. No es justo someter a
usuarias y usuarios a semejante tortura, tampoco es suficiente con colocar un
letrerito en el parabrisas que dice “Dios es mi compañía”; la vida es el bien
más preciado; por avaricia; por premura o por negligencia, no se debe exponer
la vida de los demás; los accidentes existen, la sobrecarga de peso hace fallar
los sistemas de frenos o hace estallar los cauchos.
El llamado es a la
conciencia de todos, pero en especial, a conductores y colectores de la línea
que presta el servicio en esa ruta; el servicio de transporte no es regalado…
el pasajero paga y merece un mínimo de comodidad.
Igualito al transporte Guama-San Felipe!!!!
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